viernes, 13 de mayo de 2011

OMAR, EN TU MEMORÍA…

Fue tan breve el recorrido que no hubo motivo alguno de explicación, hoy basta solo un recuerdo, del email jamás contestado, y aquel número grabado tecleado con ayuda de la tecnología y la visualización de aquella tarjeta que hoy es nula ante muchos, o quizás irá en aquel sagrado y espacioso recuerdo maternal, sin embargo lo físico quedo aún guardado por la casualidad y penoso juego del destino. Hoy la amistad fue el contrato por necesidad, cual herencia se atribuye las negociaciones legales que regalo la rutina de aquel morador visitante de la vida, fue aquel minúsculo significado tras aquella llamada a espera de un saludo cordial y de agradecimiento por la generosidad de aquel instante, sin embargo aquel incrédulo y amical contestador del momento, que no tuvo imaginación alguna de la situación de una casualidad me sorprendió por segunda vez ante la realidad y mi negación ante la juventud y el profesionalismo.

Cual sorpresa alguna ante el teléfono, aquella mañana al escuchar por primera vez aquella voz que dudo en contestar, pero mi insistencia tras las curiosidad de un servicio ofrecido, o quizás la curiosidad de saber algo más de aquel individuo que recorrió rutas por necesidad, llegando al brutal destino final, muy lejos al mío.
Donde me negué a creer sobre aquel infarto fatal que lo alejo de una segunda oportunidad de agradecimiento.

Ya he perdido el tiempo con su recuerdo, pero bastará dibujar mentalmente ha aquel personaje donde mi ignorancia no da exactitud con su edad, será aquel Omar digno de un viviente recuerdo.

“Necesitaré la misma ayuda en el mismo lugar y porque no el mismo taxi”. A ti Omar.

HILDA GARCÍA HERRERA.