miércoles, 19 de septiembre de 2012

I NEED AN HAPPY ENDING



Mil y una clasificación sin entender, más aún fue tanta la facilidad y dejo caer rocas como granizo, donde las lágrimas  iban blanco al corazón, lo escrito era el reflejo consecuente de malos actos y equivocados, como eco repetitivo a sombra viva…
No dude en gritar mi silencio al duro recorrido bajo mi filosofía, erase un final rutinario.  
De tanto poco o mucho merecedor del destino, lo intenté mil veces, observando el poco interés, acaso era la oclusión imperfecta del silencio, que no ofrecía sus mejores deseos.
Busque gestionar, modular e incursionar donde no debí, porque mis manos caían al deseo de lo odontológico, cuyo puentes protésicos eran el camino que intenté desviar. Dónde mis oídos sordos creían entender a un frio y elocuente personaje del amor por necesidad de momento.
Ahí me miré mil veces por un gesto, sin contexto, pero era mi propia necesidad y el egoísmo o desesperado estilo de vida que a más de uno había lastimado. Fue el sueño testigo que iba siguiendo mis pasos, y ahora no han de reconocer las huellas, puesto que la falsedad lastimo, y condeno al inocente merecedor de tan sólo grito de piedad y amor.


HILDA GARCÍA HERRERA.





sábado, 23 de junio de 2012

Gritando al Cielo...

Grita al cielo! que escupirá el mismo sabor de la satisfacción mezquina, golpea bajo y retrocederás mil veces buscando consuelo. Negaste mi creencia por lo dicho, por lo admirado en segundos, no caí en la debilidad rutinaria ni en la saciedad pasajera poco relevante, peca buscando las grandes olas y encontraras los pasos sumatorios de la vida.
Fue equivoco tal descripción muy divergente ante mi mirada, la inusual masticación detalló los hechos minúsculos del transeúnte de ojos y parpados caídos, de sombrero bunburyano sin serlo ni parecerlo.
Incapaz tropiezo de la vida, que inca y lastima el rocío teatral de la vida, aquella letra redentora de momento, ahí miramos al mismo abismo de tormenta conjunta de supervivencia terrenal.
Réstale ahora el suspiro a lo incognito de la verdad, y del corazón ajeno, frágil como el paso ligero de la mujer solitaria buscando ansias loca de vivir.
Tal necesidad incapaz de perseguir, pero propicio entre diversas escalas entre esquirlas de recuerdos.
La miel dejo de engalanar la sencilla brújula de la distancia, niega la transparencia gritando la ausencia con la meditación buscada de un loco porvenir.
Nacer para ello es creer mil y una noches al ritmo de cheresada, y su mundana percepción absoluta de la vida.
Hilda García Herrera…

Carricito Colorado...

Miente carricito colorado, que no he preguntado ni lo entendido, No corrí por falta de suelas, ni sentí algún latido.


El ombligo regional de lo previsto ha venido, y mi lengua se ha mordido, si ha sangrado he corrido. Me olvidé lo observado, mis lentecitos habladores han callado. Fue la puntita azul, que pinto mis ojitos de celeste carrusel, al borde del pincel.

El culpable ha sido él. Pobre carricito colorado sin mentir ha hablado…